Memories - 052



La ciudad se había vuelto oscura, y aunque sus murallas estaban iluminadas por antorchas incluso durante el día, el gris del cielo opacaba todo posible brillo que pudiese resultar bello. A la gente le preocupaba demasiada aquella oscuridad del horizonte, pero nunca se enteraron realmente lo que paso ese día, y cuando el sol se ocultó, la paz había vuelto a esa tierra.

“Como puede pretender este forastero que esas cosas dobleguen la magia de siglos y la astucia de guerreros milenarios, esta demente” dijo la mujer que fue asignada a su lado. Fueron las ultimas palabras que se escucharon, el estruendo en los cielos asusto a cientos de miles.

Dragones dijeron, escupían rocas de hierro y fuego, quemaban todo a su paso, magos y brujas, criaturas de los bosques ácidos, guerreros de la penumbra y demás ardían por igual, sin tiempo al dolor, desaparecían. Era demasiado para procesar, demasiado para entender y muchos empezaron a temer.

No tuvieron tiempo de invocar demonios, de romper la tierra, ni de envenenar inocentes. No hubo tiempo de siquiera conjurar el fuego de Balkora, ni las maldiciones que hacen a todos volverse en contra de los suyos, todo había sido reducido a cenizas. Nadie pudo sentir nunca una presencia viva en los cielos, y esa fue su perdición.

Las cosas podrían haber salido muy mal, pero el arte de dar golpes sorpresivos siempre fue su fuerte, buscar alternativas y no tener miedo de romper tradiciones, de blasfemar contra los dioses de su gente, ni los de la gente.

Ese día muchos empezaron a sentir una fuerte lealtad hacia el… Pero entre ellos estaba aquella mujer que no permitiría que algo asi volviese a ocurrir en sus tierras, ni siquiera contra sus enemigos.

Tarde esa noche se lo llevo, veneno en una bebida fue suficiente, y cuando el antídoto hizo efecto en la madrugada y vio sus ojos, supo que no podría sacarle la información que quería, no sin antes engañar su corazón, y su confianza.


Share:
spacer

No comments: